Una de las decisiones más complicadas para rematar un diseño es escoger la fuente más apropiada para esa composición. El tipo de letra debe acompañar al resto de la estética, para reforzar el mensaje que se quiere transmitir. La entrada siguiente facilita el proceso de selección de tipografías.
15 tips al elegir un buen tipo de texto

No es primera vez que me preguntan que tipografía de texto puedo usar para (la tesis, una revista, un libro, un folleto, un afiche, etc.) una publicación. Por lo general, y para evitarme problemas les doy de inmediato la solución. Sé que no está bien, pero puedo salir del apuro.Hoy pretendo detenerme un segundo más y hacer un pequeño análisis de cómo elegir una buena tipografía. Cabe mencionar que nunca hay que ser concluyente con los datos que pretendo tratar, pero si son factores a tomar en cuenta a la hora de selección o descarte de una fuente para textos. De todas maneras esto depende del uso que se le quiera dar a la tipografía, porque muchas veces la legibilidad es tan importante como el carácter de la letra. Hay que tratar de ser lo más observador posible y seguir las siguientes instrucciones:




Un comentario no atinado y me echo encima cientos de años de historia tipográfica. Muchos conservadores no van a estar de acuerdo conmigo, pero el eje de la tipografía suele ser ligeramente decisivo para una mejor lectura. Cuando presentas tipografías con astas 100% ortogonales, que van marcando el ritmo de una lectura con rectas verticales, no puedes distraerla con curvas que buscan un sentido opuesto. Si hilamos fino, estaríamos trabajando con 2 lenguajes, uno para las curvas, y otro para las rectas. Resultado, el desordenamiento de la frase.
5. Altura x
La altura x mostrará de qué tamaño es el cuerpo legible la letra. Ascendentes y descendentes demasiado largas conseguirán un acortamiento de la línea de cuerpo de texto, que insisto, es donde se concentra la mayor cantidad de la información legible. Es esta diferencia lo que produce por ejemplo que Mrs. Eaves se vea mucho más chica que Times New Roman. En el ejemplo podemos ver caricaturizada este punto.
6. Altura de las mayúsculas
Creo que suele quedar bastante claro con el ejemplo. Antiguamente las mayúsculas se diseñaban del mismo porte de las ascendentes, o en ocasiones más grandes aún. El efecto que provoca una palabra escrita en mayúsculas (como MINEDUC) dentro de la frase suele ser un atentado a la lectura en línea del texto.
Cuando escribo la palabra “Garamond” con Garamond siento, siento como si la “G” fuera un dinosaurio y la “a” fuera su presa.
7. Terminaciones
Cuando ocupamos una tipografía para escribir un texto, muchas veces tenemos que verla en grande, como en avisos publicitarios, etc. Ya que se usa como tipografía corporativa. El simple hecho que esté mal dibujada es más que una buena razón para descartarla. La gran mayoría de las tipografías tienen horribles terminaciones, y eso los diseñadores no lo deberíamos tolerar.
8. Gris de texto, o gris de textura.
Hilando ya un poco a niveles más macro, nos encontramos con este curioso punto. Cuando escribimos un texto, y vemos la textura que produce el bloque (conjunto de letras juntas), esta debe estar homogénea. Si hay letras que resaltan porque están más gruesas que otras, es porque el tipo de texto está mal diseñado. Muchos tipógrafos exageran engrosando las verticales de las mayúsculas con respecto a las de las minúsculas, creando un desagradable efecto en el gris de la textura del texto.
9. Apertura de la contraforma
Muchas tipografías consideradas de texto, pecan de cerrar o abrir demasiado sus contraformas. En el caso de que se cierren demasiado, pueden generar errores de legibilidad como confundir una “c” con una “o”. En el caso de que estén demasiado abiertas (como frutiger), la contraforma interna de la letra se suma a la contraforma externa de la letra, produciendo una cantidad de blanco muy desagradable a la vista.
10. El efecto pescado
En un post anterior hablé sobre el desagradable resultado producido por el efecto pescado. Cuando se el tipógrafo diseña sólo las formas suele caer en este tipo de errores. Un buen tipógrafo de texto, diseña la forma, la contraforma interna y externa, y su ductus. (Mayor información leer el post del efecto pescado).
11. Contraforma externa
Hay detalles que hacen a una tipografía muy legible, y eso es la contraforma externa. No se imaginan cuanto cambia leer una tipografía con el sacadito de arriba de la “n” bien marcado, o la diferencia entre la “rn” y la “m”. Hay tipografías que ni siquiera tienen ese sacadito. Entonces no son de texto, punto.
12. Contraforma interna
Una costumbre muy recurrente de los diseñadores de fuentes es hacer el ojo pequeño de la “a” y “e” demasiado pequeños. Algunos se excusan citando a la historia, otros lo hacen por estética. Lo único claro es que este pequeño ojo tiende a desaparecer, y la contraforma abierta tiende a agrandarse demasiado. Como la “a” y la “e” son las letras más usadas en muchos idiomas, el desagradable efecto se potencia aún más.



(Los textos son una recopilación de tratados, cursos y conocimientos tratados en la red)
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